Consecuencias negativas del confinamiento en las relaciones sentimentales o amorosas

26.05.2020

 Se ha podido escuchar en los medios que el confinamiento ha producido un mayor número de separaciones y divorcios y problemas varios respecto a la "Custodia de los menores"

Considero que los problemas que ya existían antes del confinamiento en las relaciones sentimentales se han acrecentado debido a tener que estar confinados tanto tiempo. El estar confinados ha supuesto pasar muchas horas juntos y han podido surgir problemas en cuanto a la organización de las tareas domésticas, también en cuanto a distraer o jugar con los hijos o ayudarles en las tareas escolares, es decir, en cuanto a las responsabilidades de cada miembro y el reparto de tareas. También un hecho que ha podido producir mucho estrés en las relaciones sentimentales es el asunto económico, la incertidumbre respecto a lo que podía pasar a nivel laboral, etc.

Mi experiencia es que los matrimonios y parejas que me acudían a visitarse y habían ya mejorado de manera significativa, se han unido más en estos difíciles momentos de manera que como pareja "se han hecho más fuertes respecto a la adversidad" y los matrimonios y parejas que habían empezado hacía poco tiempo las sesiones han empeorado profundamente ya que no estaban preparadas psicológicamente "para lo que se avecinaba (nadie lo estábamos) pero además no han podido sobrellevar en su relación sentimental estos momentos...". Por consiguiente, las parejas que estaban mejor han sido más "resilientes" y las que estaban peor, o en el comienzo de su proceso de cambio (acudiendo a visitarse) han sucumbido ante la pandemia llegando en bastantes casos a la ruptura matrimonial o de pareja.

Las relaciones sentimentales que estaban "mejor" que habían acudido a visitarse durante cierto tiempo y habían mejorado gracias a la comprensión mutua del uno al otro, de la mejor comunicación al escucharse más y comprenderse mejor (empatizar más), al respeto mutuo que se prodigaban, etc. han llegado a una "victoria" y en estos momentos la relación de pareja es muy positiva. En estos casos, no solo comprendieron y siguieron lo que se les señaló para que la relación sentimental funcionara, si no, sobre todo, consolidaron lo aprendido adquiriendo la actitud de actuar de manera adecuada, desde la comprensión profunda del uno al otro.

Sin embargo, en otros casos (me fui comunicando con los clientes para valorar como estaban) en que no consolidaron lo que habían aprendido, "volvieron a las andadas" y de una manera más exacerbada, es decir, al no realizar un seguimiento del asunto, volvieron las faltas de respeto y de consideración al otro, la falta de comunicación positiva y adecuada, etc.

Creo que en estos casos, los que habiendo acudido a visitarse durante pocas sesiones ha dado lugar a desencadenarse un mal y funcionamiento o llegando a empeorar en su relación sentimental o de pareja, se puede extrapolar a los matrimonios o parejas que no habían acudido a "terapia de pareja" pero ya funcionaban con ciertos problemas. 

Muchas veces antes del confinamiento, la rutina, las preocupaciones del día a día, los hijos (a veces sirven de excusa para no separarse y puede ser peor para ellos vivir situaciones "tensas"entre sus progenitores), hacían que los cónyuges no se quisieran percatar a menudo de los problemas habidos en la relación (habían demasiadas distracciones como para pensar seriamente en "separarse"), pero con el confinamiento los cónyuges han tenido demasiado tiempo, y eso significa algo parecido a lo que ocurre en las vacaciones estivales (en cuanto a que se acrecientan las separaciones o divorcios) pero aún más evidente porque no había posibilidad de "escapatoria" más que en estar con el cónyuge e hijos (fuente de estrés importante, sobre todo cuando son más pequeños) de manera continua.

 El no ponerse de acuerdo en cuanto a la organización, el no compartir momentos con el otro (imbuidos a menudo en "pantallas" como móviles, ordenadores, o tv.), el no saber comunicarse adecuadamente, los sentimientos de frustración, enfado, etc que podían desembocar en ira, o lo contrario, en silencios tensos como si los cónyuges fueran personas desconocidas el uno para el otro...ha dado lugar, a mayor distanciamiento emocional, y riesgo de ruptura sentimental.

En ocasiones, la relación sentimental, entra en dinámicas relacionales complejas, por ejemplo, en que uno en la relación siempre quiere provocar reacción en el otro amenazándole con querer separarse y es el otro el que decide finalmente separarse ante la perplejidad de quién siempre "provocaba o amenazaba" creyendo que se trataba de un simple juego ...Hay que entender que hay "juegos peligrosos" y que "tanto va el cántaro al río que al fin se rompe".

Opino, desde mi experiencia profesional, por otro lado que nada es imposible: han acudido a mi consulta parejas o matrimonios en una crisis profunda que "querían separarse" y al fin, con motivación y compromiso, han conseguido "salvar su relación". No obstante, y siempre lo digo "es cosa de dos", cuando uno de los dos se siente "muy quemado" la relación a menudo "no da para más", ya no hay motivación, ni convicción de que es posible un futuro juntos.

Sin embargo, conozco a personas, hombres y mujeres, que han hecho cambios profundos para "cambiarse" o incluso "transformarse" (ya que habían hecho mucho daño inconscientemente a su pareja). Con el fin de poder hacer que la relación sentimental prosperara, "han puesto la carne en el asador" y lo han conseguido porque han demostrado a su pareja sentimental como la querían y el "precio emocional que estaban dispuestos a pagar" para que la relación no se fuera al garete". Por tanto, uno puede realizar cambios transformacionales profundos que nacen de un sentimiento realmente de amor hacia el otro/la otra. No obstante, no hay que creer cuando "el otro/la otra promete que va a cambiar, si no cuando lo expresa con hechos", solo mediante hechos se demuestra el amor o la intención de cambio.